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Covid-19: Contagios en los aviones y dudas sobre los test

Diversas universidades, alistadas tras el Ministerio de Salud neocelandés, presentaron un estudio sobre un brote de siete contagios de Covid-19 en un vuelo.

El análisis se centró en brote de siete personas contagiadas, que habrían contraído el virus en un vuelo de Emirates, entre Dubái y Auckland. El EK448, cubrió el trayecto en 18 horas, con 86 pasajeros a bordo, el pasado 29 de septiembre. Posteriormente al vuelo, siete de los pasajeros dieron positivos de Covid-19. El Ministerio de Salud de Nueva Zelanda encabezó el equipo científico, del que participaron también especialistas de las universidades de Dunedin, de Sydney, Auckland, Victoria y Edimburgo. Así, se estudió este singular brote, que afectó a siete pasajeros provenientes de cinco países distintos que coincidieron en tomar el vuelo en Dubái. En el epicentro del análisis se encuentra una pareja de viajeros suizos, señalados como los responsables de desatar el brote.

Obviamente, no se trata solo de una investigación basada en testimonio, sino que se han tomado muestras de sangre para mapear el genoma del virus y comprobar si se trataba del mismo.

El Covid-19 y la mayor preocupación

Lo realmente preocupante que plantea el estudio no es solamente la posibilidad de contagiarse a bordo de un vuelo (cuestión reforzada además por la cuestión de que los propios viajeros admitieron no haber usado el tapabocas durante todo el vuelo), sino en el hecho de que a la hora de subir al vuelo de Emirates todos los pasajeros estaban testeados con signo negativo. La pareja suiza en cuestión (caratulados como los Casos A y B) se realizó una prueba el 24 de septiembre, tres días antes de subir al vuelo que los llevó a Dubái desde Zurich. Cabe recordar que el vuelo del conflicto, el de Emirates, se produjo el día 29. Es decir que, sin saberlo, volaron de Zurich a Dubái y de allí a Auckland, infectados. Recién el 2 de octubre una nueva prueba PCR ya les dio positiva a la pareja suiza y a un tercer pasajero del vuelo de Emirates. De hecho, el último testeo lo realizaron porque uno de ellos comenzó a desarrollar síntomas.

“El ministerio de Salud de Nueva Zelanda considera que las personas son infecciosas dos días antes del inicio de los síntomas, por lo que el Caso A se trata como la única persona que fue infecciosa en el avión, aunque el Caso B puede haber estado infectado en ese momento”, explica el informe.

Además de la pareja suiza, otros dos infectados (los Casos C, que originó su viaje en Kiev, y E, que partió desde Kochi, India) fueron positivos en los testeos pero no desarrollaron síntomas. Tanto los casos D (que llegó de Dublín), como el F y G (Johannesburgo) dieron positivo y desarrollaron síntomas los días posteriores, entre el 4 al 7 de octubre.

La certeza del genoma

“Encontramos que un montón de genomas de ese análisis, que era un análisis de vigilancia de rutina, estaban vinculados. Investigamos entonces a fondo porque no se trataba de un grupo familiar, venían de diversos orígenes y habían hecho cuarentena en diversos puntos: lo que definitivamente los conectaba era que habían tomado el mismo vuelo hacia Auckland, el EK448”, afirmó Jemma Geoghegan, viróloga de la Universidad de Otago. La cereza del postre es que el virus que infectó a los siete no es Covid-19 original sino una variante.

A modo de conclusión

“Esto demuestra la importancia del aislamiento y la cuarentena gestionados. La idea de que las personas pueden dar negativo en la prueba y luego subirse a un avión y todo está bien, es claramente una tontería. Las personas podrían estar incubando, pueden infectarse pocos días antes de que vuelen. Una vez más, es una buena evidencia de que las pruebas previas al vuelo, aunque evitarían que las personas infectadas suban al avión, no atraparán a todos”, señaló uno de los investigadores involucrados en el estudio.

Informe del Ministerio de Salud de Nueva Zelanda

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