Podemos identificar diferentes fuentes de conflictos:
Posibles conflictos en la empresa
1. Malos entendidos: un malentendido se produce cuando todo el sentimiento e intención de un determinado tipo de conducta es interpretado por el receptor de forma totalmente opuesta a lo que pretendía el emisor.
2. Falta de sinceridad: es una fuente segura de conflictos. Cuando no se dice la verdad existe una garantía de que, tarde o temprano, el resultado será un conflicto. Estos afloran por las mentiras, las medias verdades y las cosas que se han dejado por decir, todas son igualmente peligrosas para una relación.
3. Negligencia: las palabras que empleamos, las promesas que olvidamos y las responsabilidades que eludimos son fuentes de conflictos. Tanto lo que hacemos como lo que no hacemos puede provocar un conflicto.
4. Intencionalidad: cuando tenemos la intención de comprender a la otra persona y actuamos de forma beneficiosa para ambos, el conflicto casi siempre puede llegar a esquivarse. Si, por el contrario, tenemos la intención de herir a alguien física o emocionalmente, seguro que se creará y mantendrá una situación conflictiva. Nuestras intenciones son una de las fuentes más potentes para provocar o resolver conflictos.
5. Defensa partidista del propio sistema de creencias y opiniones: cuando dos personas tienen sistemas de creencias opuestos y cada una de ellas está firmemente convencida de que tiene “razón”, el conflicto está muy cerca; independientemente de que esa defensa de una opinión, tendencia política o creencia sea sincera o un capricho.
6. Fracaso al intentar establecer fronteras: cuando no ponemos límites o no marcamos bien nuestras fronteras, los demás probablemente las traspasarán. Esta incapacidad para definir claramente lo que necesitamos y queremos y lo que no necesitamos ni queremos de los otros, es una invitación al conflicto. Permitiendo que otra persona “se aproveche de nosotros”, hay muchas posibilidades de que acabemos resentidos con ella, y el resentimiento conduce al conflicto.
7. Llevar mal el conflicto: es muy posible que la mayor fuente de conflicto, más importante que la combinación de todas las demás, sea el no querer enfrentarse directamente al problema. Debido a que muchas personas no saben cómo tratarlo, terminan llevándolo mal. Cuando sentimos tensión o hay una desavenencia con otra persona, solemos reaccionar emocionalmente con miedo o ira. Por lo general adoptamos una postura defensiva. Puede que ataquemos a la otra persona. Es posible que la apacigüemos. Debido a que la mayor parte de nosotros solemos hacer demasiado pronto conjeturas acerca de la existencia de una situación conflictiva, o debido a que nos asustan los sentimientos de confrontación y los sentimientos desagradables, estamos más preparados para crear o hacer estallar el altercado que para resolverlo.
8. Miedo: es la raíz de la mayoría de las situaciones de conflicto. Puede considerarse como la fuerza motivadora primordial que se oculta tras la falta de sinceridad.
9. Segundas intenciones: una segunda intención implica que una de las partes tiene una intención o motivación que no ha manifestado. Las segundas intenciones se dividen en conscientes e inconscientes.
Tomando en consideración todo lo anterior, es importante tener en cuenta que los elementos básicos para evitar un conflicto son:
· La toma de conciencia.
· La sinceridad.
· La intención de resolver el desacuerdo de la forma más pacífica y beneficiosa para todos.
· La voluntad para despojarse del sentimiento de tener “razón”.
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